El ex-pívot de los Sonics y Knicks, todavía no parece que tenga pensado regresar a la NBA y ha firmado por el belga Charleroi, tres veces campeón de su liga.
Para muchos, un tremendo batacazo en el draft por parte de los antiguos Seattle Sonics. Para otros (entre los que me incluyo), un diamante en bruto que no llegó a demostrar ni un ápice de su brutal potencial. Llegó muy verde al draft de 2006 (apenas había empezado en esto del baloncesto a los 15 años), siendo uno de los pocos pívots puros. Pero los ojeadores veían en él al nuevo (y van...) Dikembe Mutombo, por físico, fuerza, intimidación, rebote... se dijo que Karl Malone, en un 'workout' de los Utah Jazz, le había comentado que sería nuevo jugador de la franquicia mormona si caía hasta el nº 14.
Pero los Sonics se adelantaron en un movimiento por reforzar la defensa (dado que la anterior temporada habían sido el equipo que más puntos en contra encajaba). No llegó a cuajar en su primera temporada y jugó muy poco. En su siguiente temporada jugó aún menos, y fue enviado a la D-League para ser cortado a la siguiente.
Esa misma temporada, consiguió unos estupendos 10 pts, 11 rebotes y 4 tapones por partido en los Idaho Stampede, siendo contratado por lo que restaba de temporada en unos ultra-ofensivos New York Knicks, simplemente para tener a alguien ahí reforzando el poste.
No terminó de llamar la atención y en 2009 firmó con el Hyeres-Toulon Var Basket francés, donde ha destacado de sobremanera, promediando 12.4 puntos y 11.4 rebotes.
Actualmente tiene 24 añitos, y esperemos que siga creciendo a este ritmo para volver por la puerta grande a la NBA, de donde nunca debió salir. Tal vez llegar un par de años más tarde, pero nunca salir.
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